Hola!!
Este verano he descubierto la pintura chalk paint y ya os digo que me ha encantado. Es una pintura natural, sin acrílicos , que proviene de la tiza (carbonato de calcio). Aunque pueda parecer un nuevo invento, se conoce que Michelangelo utilizó pintura que contenia tiza y cal para sus proyectos durante el siglo XVI.
La combinación de la tiza junto con otros emulsionantes naturales como la resina hace que se adhiera de maravilla a prácticamente todo tipo de superficies pintadas, barnizadas o enceradas, metal, madera, cerámica, tela…dejando un acabado de tacto suave y sedoso.
Tiene muchas ventajas, no es necesario decapar ni lijar las superficies previamente (aunque he de decir que a mí me encanta coger la lija y venga a hacer polvo, jeje), tan sólo hay que limpiar bien con agua y detergente para eliminar trazas de suciedad, grasa o polvo.
Al no tener acrílicos en su composición, no huele ni es tóxica. Puedes utilizarla en el interior de casa sin el insufrible olor a disolvente que te acompaña durante dias en el caso de la pintura convencional. Además, es una gozada no tener que utilizar cantidades de disolvente para limpiar los pinceles, brochas y rodillos. Sólo con agua y listo!!
Lo más difícil de hacer con este tipo de pinturas es elegir los colores!!!
Y así, aprovechando que corria por casa una mesita marrón bastante feucha he puesto manos a la obra. Pintura, pinceles, lija y cera para dar un acabado envejecido. Ah, y plantillas tipo starcil para pintar cenefas de flores, que si no me complico la vida no soy yo!