La manzanilla y la caléndula me encantan, por lo que las suelo utilizar bastante a menudo en mis jabones y cremas, tanto en infusión como en macerados en oliva, almendras o girasol.
La calendula tiene numerosas propiedades terapéuticas. Es cicatrizante, antiséptica, regeneradora, fungicida, suavizante y calmante de la piel. Esecialmente indicada para tratar la dermatitis, psoriasis, quemaduras superficiales, pieles inflamadas y resecas y un sinfin de propiedades más. Por eso no es de extrañar que también se la conozca como planta maravilla
La manzanilla es un excelente anti-inflamatorio, en infusión es especialmente adecuada para los problemas oculares. También es eficaz para descongestionar la piel, calmar irritaciones, tiene propiedades antimicrobianas y fungicidas. Desintoxicante, depurativa, calmante, descongestiva y suavizante. Es muy apropiada para el cuidado de la piel sensible.
En esta ocasión he usado un macerado en oliva de caléndula y de Maria Luisa o Hierba Luisa, que le aporta un suave aroma a limón y sus propiedades tonificantes y reafirmantes en la piel, coco, palma, girasol macerado en manzanilla, manteca de karité y sebo de vaca.
Infusión de caléndula y manzanilla y aceites esenciales de Lavanda, Naranja, Litsea, Mandarina, Manzanilla y un toque de Canela.
Todo un sol de jabón